desciende de la ventana.
Entre las sábanas
yace un blanco iluminado,
y sobre él,
el más blanco de los adonis.
El silencio se escapa
a los primeros cantos
del amanecer. El sol
no detiene el día,
pero aquí aún es de noche.
Llegan a mi nariz olores
originales, primeros,
como si acabara
de venir al mundo
ahora mismo.
Y desde aquí, te alcanzo.
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